Un 28 de julio de 1974 en Villa Gobernador Gálvez, Provincia de Santa Fe, Argentina, no había estado de sitio y la Presidente era Isabel Martínez (Isabelita).
Ese día allanaban el rancho en Dorrego 393 de un humilde trabajador metalúrgico de 2o años, delegado de una empresa metalúrgica local. Su nombre era Oscar Alberto Medina.
Su rancho no tenía luz eléctrica, no tenía agua potable, el piso era la tierra, no tenía gas, el techo de chapas de cartón y el baño una letrina. Militaba en el PDP (Partido Demócrata Progresista) y en la JAC (Juventud Argentina Católica) dirigida por el cura Eugenio Zitelli.
Con un gran despliegue de fuerzas con carros de asaltos, patrulleros y vehículos particulares, le comunicaban con parlantes a los vecinos que iban a detener un peligroso guerrillero implicado en el secuestro de Erich Breus.
Entraron en ese rancho y no encontraron nada, el OficiaL de la Policía Federal Echepare ordena que revisen de nuevo y los vecinos vieron como por la ventana metían armas y revistas del PRT y del ERP.
Así armaron la causa y se lo llevaron a la delegación de la policía federal, lo torturaron hasta que infartó, un médico de apellido Silvestre Begnis lo monitoreaba, mientras lo picaneaban.
El delito cometido: reclamo condiciones de seguridad para no seguir perdiendo los dedos en los balancines, ropa de trabajo, que no le paguen más con vales, que únicamente se podían canjear en supermercado Filippini.
No acepto la coima que le ofrecieron para que se calle y tampoco las apretadas de los traidores que dirigían la UOM en ese momento.
Molestaba porque con un grupo de vecinos construía la guardería de Mendoza y Maipú, para que las compañeras trabadoras de los frigoríficos tuvieran donde dejar sus hijos.
Se reunía con los delegados de las otras fábricas para coordinar sus reclamos, participaban de los encuentros que convocaba, la clasista UOM de Villa Constitución.
Defendía los intereses de su clase.
